¿Dónde está la felicidad?

Cuando converso con distintos tipos de personas, observo que la mayoría siempre tiene algún objetivo en su vida “para ser feliz”. Me parece que es tan humano tener metas y buscar logros, pero creo que el foco está mal puesto cuando lo hacemos pensando que ahí encontraremos la felicidad. ¿Te has dado cuenta que cuando logras aquello que te propusiste, inmediatamente vas por algo más? Quiere decir que, lejos de haber alcanzado la felicidad, tan sólo obtuviste algo que anhelabas…

La felicidad es un estado sublime, de plenitud y completud, en el cual, por el contrario de aplicar estrategias para obtener lo que necesitamos, nos damos cuenta que en realidad NO NECESITAMOS NADA para sentirnos plenos. No sé si todos lo habrán saboreado en algún momento de su vida, yo tuve la oportunidad de experimentarlo, y les cuento que es indescriptible, de todos modos en otro momento les explicaré qué y cómo fue que me sucedió.

Cuando sentimos que no necesitamos nada, renunciamos a los logros como motivos de felicidad, y no es que dejemos de hacer cosas, muy por el contrario, seguimos adelante con nuestras metas, pero esta vez sin el peso de la exigencia que nos dice “dependo de esto para ser feliz”. Curiosamente, al final, cuando descargamos nuestras metas de expectativas abrumadoras, las disfrutamos aún más y avanzamos en su búsqueda sin ansiedad, lo que hace más probable que las alcancemos. Cabe destacar que muchas personas ni siquiera inician el trabajo hacia sus objetivos por el terror que les da no lograrlos o hacerlo mal. ¿Por qué? Justamente porque piensan que su felicidad se va en ello.

La felicidad no se alcanza haciendo algo en particular, es más, ella no está en el hacer sino en el ser. ¿Te has dado cuenta que cuando estás infeliz, hagas lo que hagas no lo disfrutas?, cuando acabas de terminar una relación e intentas distraerte saliendo a bailar, ¿logras la plenitud que buscas? Está claro que no, cuando tu ser interno está mal, todo está mal y lo mismo cuando estás bien: esos días en que te levantas tranquilo, en paz con la vida y apreciando todo lo que eres… aunque no hagas nada estimulante, aunque no tengas ningún logro, te sientes feliz sin importar las circunstancias.

Sólo puedo dar este consejo: el primer paso siempre es darse cuenta. Date cuenta que todo depende de tu actitud, aún cuando no esté pasando nada, puedes sentirte feliz, aún cuando estás en la fila del banco, en el bus o simplemente caminando, puedes centrarte, reconocer que ahora estás aquí, y que mires a donde mires, encontrarás muestras de lo hermosa y sorprendente que es la vida. Luego, agradece y sonríe a los demás, con sólo esa sonrisa podrás hacer que esa persona a su vez, aprecie la vida y sienta, aunque sea por un instante, la felicidad…